(Impresiones)
Fantasía simbólica
La ciudad está dormida y acariciada
por la música de sus románticos ríos...
El color es plata y verde oscuro... y la sierra besada por la luna, es una
turquesa inmensa. La niebla está saliendo de las aguas y agrandando el paisaje.
Los cipreses están despiertos y moviéndose lánguidos inciensan la atmósfera... y
el viento convierte en órgano a Granada, sirviéndole de tubos sus calles
estrechas... El Albayzín tiene sonidos vagos y apasionados y está envuelto en
oropeles suaves de luz oscura... Sus casas tristes y soñadoras que mueve la
niebla, parece que quieren contarnos algo de lo mucho grande que miraron... La
vega es acero y polvo gris, nada se oye que retumbe en el silencio... el río de
oro gime al perderse por el túnel absurdo... el espejo del Generalife corre a
desposarse con su novio el Genil... Sobre las torres cobre y bronce de la
Alhambra flota el espíritu de Zorrilla. El viento tiembla y el bosque tiene
sonidos metálicos y de violonchelos, las esquilas de los conventos están llorando
lágrimas de hierro y castidad... La campana de la Vela está diciendo una melodía
tan grave y augusta, que los cipreses y los rosales tiemblan nerviosamente.
LA CAMPANA DE LA VELA.
Cuando sueno tan triste y muriente es porque lloro algo que se fue para siempre…
Mi amada la ciudad fue cantada por un hombre tan enamorado de ella que llegué a
tener celos de él…, pero cuando se fue de la tierra su espíritu pasó por aquí,
me dejó en mi alma de hierro su corazón...Yo soy el corazón del poeta y mis
sonidos son sus latidos. Por eso, cuando sueno tan desolada y melancólica en las
noches granadinas, es porque lloro la voz del que suspiró por mi amada...
Encima de la Alhambra hubo una gran oscilación de luz dorada. Los árboles del
bosque se pararon y los naranjos dejaron caer sus frutas de seda...Las luces de
las callejas del Albaicín se apagaron, y el río Darro, haciendo un arpegio, se
puso a cantar en tono menor...La vibración eléctrica se acentuó y una voz
olorosa, pasional y trágica habló...
LA VOZ.
Yo floto aquí sobre este palacio de pesadilla...porque formo parte de él; yo no
puedo retirarme de esta ciudad porque soy ella misma.
Mi espíritu no está con el supremo porque éste es mi paraíso...Mi frente de
mortal fue coronada en este monte de ilusión. Yo me esfumé una noche con
estrellas rojas y mi espíritu volando se posó sobre esta ciudad de ensueño y
poesía...Ella me hizo poeta, ella me obligó a cantarla hablándome sus aguas, me
embriagó con las esencias de sus cármenes... El río, que trae oro en sus aguas,
se desbordó y comenzó a gritar llamando a quien había hablado...
EL DARRO.
¿Quién habló? Mis entrañas de oro han temblado esta noche de misterios. ¿Qué voz
turbó mis tocatas? ¿Quién eres que hablas así tan apasionadamente?
LA VOZ DE GANIVET. (Con sonido de rosa marchita.)
Mientes, mientes; el enamorado de Granada fui yo y mi espíritu inquieto y
atormentado está escondido para verla mejor en las heridas de la vega. Yo soy el
que ama a la ciudad romántica con amor de fuego. Nola pude cantar, porque el
agua de hielo me fascinó y me escondí en sus senos...
LA CAMPANA.
También eres tú grande y amante de la moruna ciudad. Tú y Zorrilla sois sus
trovadores geniales...Pero tu te apagaste...y Zorrilla vivió...
EL RÍO. (Muy fuerte.)
Ya se quien sois. Muchas veces os miré, y vuestras bocas de púrpura bebieron de
mi sangre. Los dos sois grandiosos, los me amabais con locura...Los dos sois
todo corazón.
LA CIUDAD. (Con voz de campana.)
¡Salve! ¡Salve!
La luz era extraña y violenta. El silencio comenzó a tocar su ruido desfallecido
y de raso negro y los ríos siguieron con su beso eterno...
El color de todo era azul, y rosa...Unas guitarras sonaban desgarradas y
sublimes. Sus bordones eran gritos de amor y pasión.Las flores de los balcones
estaban abriéndose, y los gallos hablaban unos con otros...
Granada era un sueño de sonido y colores.
(1917)
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